la verga del diablo
se envuelve en trapo
fiera, sucia, resbalosa
de cobre, de cinc, de estaño
y se abre paso, golosa
entre dientes apretados
de oficinistas quejosos
gordos culo mantecoso
de opiniones subversivas
y espíritus panfletarios
como un sable, una guadaña
la verga remacha y quema
perforándote la lengua
lastimando la garganta
estandarte de la culpa
hisopo de carne rancia
que te tragás como un duque
si total no valés nada
arcada del hombre bueno
del que no roba ni mata
que no sueña con pendejas
ni paraguayas ni esclavas
de precarias convicciones
que corren por el desague
que forra prolijamente
las paredes de la pieza
con fotos de la primaria
arcada del joven tierno
semental de medio tiempo
con miedo terror pavura
a equivocarse de agujero
a establecer prioridades
a lloriquear en un telo
rodeado de violinistas
la verga como una espada
rocanrol, poronga y fuego.